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iodguimel

Un sol para cada día


Cuando el sol se oculta al atardecer,

siento que le echaré de menos,

al bajar la mirada,

veo un perro con el que nadie juega,

y me entristezco,

alzo la mirada al cielo y descubro

el instante en que la luna aparece al oscurecer,

sonrío emocionado de alegría,

entonces, mis ojos descubren unas flores marchitas,

y lloro, pues nadie pensó en ellas;

pero de repente … aparece la magia,

mis lágrimas, riegan las flores

que recuperan su vida,

mi felicidad, dibuja en mi rostro una sonrisa,

que alerta al perro de que hay alguien para jugar,

y juntos,

disfrutamos del momento, sabiendo,

que mañana volverá a salir el sol.

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